Emociones van y vienen, suben y bajan de mi cabeza, aceleran mi corazón, se siente desbocada mi alma y en un torbellino mi razón; se agita y poco a poco pierde la cordura. No es para menos, entre nosotros fluye esa electricidad, esa pequeña chispa que parece encenderse cada vez que avanzamos, y mi lógica no sabe como actuar, nunca nos enseñaron a como amar.
Entre opiniones, argumentos e ideas lucho por no dejarme arrastrar, buscan aplastar mis esperanzas; solo logro encontrar paz en los rincones de tu amor, que habita en cada espacio de la gran sabana que es mi cariño. Me debato a duelo la vida de esta relación y me enfrento no solo a mis miedos, también le hago frente a los tuyos. Es un juego que vivimos a diario.
Entre nosotros es algo tan complicado que se asemeja a la simplicidad que es respirar, se desbordan las excusas y solo puedo pensar que existen dudas; las interrogantes bailan al ritmo de valls y nos perdemos en el pasado por el cual no podemos hacer mucho.
Me niegas el sabor de tus labios, el que hace activar las alarmas en mi cerebro, en señal de que ya solo queda amarte. Yo te niego mi mirada, en la que buscas consuelo cuando no sabes que hacer. Y asi vamos, nos permitimos la emoción del mañana prometedor, y luego nos atacamos con nuestras debilidades.
Recorremos el sendero de la armonía una y otra vez y parece que nunca aprendemos, pero, sere sincera, tampoco me gustaría; en esta montaña rusa he aprendido amar tus defectos y llegamos a ese punto en el que son mi complemento. Con estas agitadas emociones no me queda tiempo para pensarlo dos veces, apuesto todo por lo que se hará mas grande cada dia.
En nuestro juego me divierto, no me canso de quererte y mis sentimientos vuelan por lo mas alto. No existen fronteras para el amor, y tu y yo le estamos dando la vuelta al mundo. Tenemos el resto del tiempo para amarnos, tan desenfrenado como siempre, sin límites, hasta que el corazón aprenda. El mio solo sabe latir al ritmo de tu nombre.
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