Si pudiese dejar de pensar un poco, si pudiese desconectarme de mis sentimientos, de seguro te extrañaría menos, me dolería menos la ausencia, seria capaz de añorar tus besos solos unas pocas veces al día. Mi almohada no escucharía la cantidad "Te Quiero" que susurro a tu recuerdo. Mis días dejarían de ser grises y tu nombre aparecería de vez en cuando en las páginas de mi diario.
Lastima que no puedo, que no lo logro, que soy débil y que siempre regreso a este punto, en donde admito que ya eres parte de mi; mi subconsciente te revive cada noche como el espejismo de mi amor. Aceptando que voy a extrañarte cada hora más que la otra, voy enamorandome y sin importarme un mañana, me abalanzo al abismo que es este ensueño.
¿Cómo hago para extrañarte de un modo que no me duela? ¿De una manera en la que se haga más difícil llorar? Empiezo a contar los segundos para volver a verte. Sigo besando tus fotos imaginando que puedo tocar tus labios, me refugio en las memorias en las cuales revivo tu voz y me entrego a la fantasía que es quererte.