Me molestan las ganas de volver a verte, me agobian las ganas de abrazarte y me torturan las ideas de que no podré admirar tu bello rostro como hasta ahora lo había hecho. Me había propuesto olvidarte, por el bien de mi corazón, pero, soy débil, lo admito, y me rindo fácil ante el aleteo de tus pestañas o las curvas de tu sonrisa.
Lucho por dejar de pensarte, hago grandes esfuerzos para refrenar todos los besos que desean llegar a tus labios, contengo mis manos que buscan tu cuerpo, anhelando aunque sea una caricia. ¿Cómo refreno estas lágrimas, causadas por este adiós? ¿Cómo desalojo estos sentimientos de mi alma? Intenta decirme ¿Cómo podré olvidarte?
Soy tan débil que a pesar de que ya no me quedan deseos de seguir amandote, mi corazón claudica a estas promesas y caigo en estas incógnitas otra vez. Luchando contra el aire, lanzandome a este vacío, me dejo llevar por este amor.
ResponderEliminarEso no es debilidad. Ante el verbo tod@s nos somos vulnerables. Sino fuera así, el amor no tendría sentido. Es una prosa que tocas el alma de principio a fin.
Un fuerte abrazo y Feliz Finde !!!
El amor nos hace débiles a todos. Así es la vida.
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