¿Cómo describir todos esos que tengo contigo?
¿Cómo explico esto que siento y que me sofoca? ¿Alguna vez has errado creyendo
que de tus sueños me vuelvo realidad? ¿Alguna vez has sentido que mis besos te
despiertan al amanecer?
En mi caso, ocurre todos los días, de un súbito
salto reacciono, no estas aquí, no han sido tus manos las que creí que me
rozaban, no era tu voz la que creí que escuchaba, no eran tus besos los que
sentía en mi cara. Todo producto de mi imaginación, resultado de este espejismo
en el que vivo; eres un oasis que me reconforta en el desierto, pero así como
vienes, también te vas.
Así quedo, agonizando en deseos, en un mundo de
invenciones, rayando en la locura; con el corazón desbocado y un espíritu
enamorado. Existiendo en lugares donde solo esta tu piel, perdiéndome en tu
sonrisa, transportándome con la brisa, busco llegar a tus brazos. Pidiendo a gritos
la ternura de tu compañía, en la eterna búsqueda de lograr congelar el tiempo,
acaparando cada instante en mi memoria.
Esto es un poco desesperante, no concibo el sosiego
que solo hay a tu lado, no me conformo con las palabras que me dices, añorando
retenerte por siempre, sintiendo tu corazón, sin inventar excusas para
acompañarte. Así voy subsistiendo, viviendo de las migas que me deja la
distancia, luchando por no caer vencida por la tristeza que ha venido a
reemplazarte.
Simplemente, estoy rayando en la locura, porque
en un alma embelesada, torturada por un amor apasionado y mucho más que
comprometida; no existe cordura, no hay mente que este en sus cabales luego de
besarte. Explota la pasión, cóctel de emoción.