Tanto amor había cegado mis ojos, en otros tiempos, sentía emoción y un vuelco me daba el corazón al volverte a ver; se llenaba mi mente de tus recuerdos, reinventada tus besos en los lentos segundos de tu ausencia. Pero, dejó de ser cariño y se volvió masoquismo, era mi insistencia de que me quisieras que me convirtió en otra persona, una que se volvía cada vez más adicta a tu compañía y dejaron de existir otros para mi. Mi única meta tu amor, mi único consuelo no dejarte ir.
Ahora que ha transcurrido el tiempo y tu negativa es la misma, quizás ahora duele más que antes, he llegado a la resolución de que ya no más, ya no intentaré enamorarte o que te fijes en mi, ya no hay más conversaciones o discusiones, ya no hay nada y no haré nada para cambiar eso.
Me despido diciéndote que ten por seguro que notarás mi ausencia y a la distancia me veras feliz, puede que hasta con nuevos sueños. Si nunca hubo algo, entonces solo queda decir ya no más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario