sábado, 15 de noviembre de 2014

El beso

Un momento mágico, algo que no vi venir, tan fugaz que logró arrebatar mis dudas, tan profundamente conectado con mi ser que por instantes me aleje de esta realidad. No existió nada mas en mi mundo, eras el centro de mi universo, y por segundos creia probar el destilado de la máxima belleza.

Ese sabor que emanan tus labios, la calidez que es su componente imprescindible, la suavidad de su textura solo la pude comparar con ese suave algodón, con la esponjosidad de la burbujeante felicidad que embriagó mi razón. Llegué a creer que podia sentir la brisa y el aroma del rocío de la mañana, el calor del sol en un dia de verano me abrazaba para no caer.

El impulso que me hizo perder los estribos, las columnas de misterios que nos separaban empezaron a caer, transite por los linderos de la belleza que es amar, de la seguridad que se siente al ser querido, no concebía algun mal que me separese de ti.

Un recuerdo que se perpetua, una ilusión que se vuelve realidad, los sueños que forjan escaleras al cielo, el perfume de la victoria y el triunfo contundente que tuviste en mi corazón. En la comodidad de tu cercanía sobrepase la distancia que afligia mi alma en momentos anteriores.

Del destello de tus ojos se iluminó mi firmamento y encontré el placentero descanso del ser angustiado por las expectativas. El sosiego que llegó a mi por medio del mensaje que me dejó tu beso, la verdad que traspasó mis huesos y se instaló en lo mas profundo de mi. ¿como podría describirlo? ¿felicidad? No, creo que fue mas que eso. Es la gratificación de ser correspondido.

Tan hermoso que seria todo si hubiese sucedido asi, pero la verdad es que solo han sido sueños que he tenido despierta, que deletan mas que mis intenciones, desvelan mis mas íntimos pensamientos, y el profundo deseo de llegar a ti. Es tan tentadora la fantasía, que a veces me abandono a ella y me olvido del dolor que me acecha y vigila en esta realidad.

En el suspiro del pasado me resguardo en tu recuerdo que se va desvaneciendo con el tiempo, mientras me acobijo en mis esperanzas, siento el tenue viento que como un suspiro me hipnotiza y me embelesa al sonar como tu voz. Cuando me dirijo al cielo siento ver los ojos de Dios que me miran, que se llenan de lágrimas al ver mi sufrimiento. En la lluvia veo reflejado el futuro desalentador que se deslumbra.

No es por mi, es porque aun no has tomado la decisión, no has doblegado tus propias inseguridades que por ahora, me mantienen a la espera de la deseada respuesta. Mientras pueda sentir este amor, ten presente que no dejaré de luchar en la batalla por lograr tu cariño.

Quizás no ahora, pero el que persevera triunfa y no es una excepción en los asuntos del corazón.

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